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Siria Grandet -Armonizando tu vida ®
Difusión de las 3 Suertes de la Filosofía China: Suerte del Cielo (Astrología China), Suerte de la Tierra (Feng Shui Clásico) y Suerte del Hombre (Desarrollo de la Virtud)... Estos son los tres tipos de Qi (Energía) que influyen al ser humano.
"Todo es energía, todo vibra; los seres humanos somos energía, por ende, nosotros influimos en nuestro ambiente y nuestro ambiente influye en nosotros" Siria Grandet.

Una historia de Amor

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Les comparto con mucho cariño esta linda historia de amor; la cual nos reafirma que la belleza, lo realmente valioso, se encuentra en el interior de cada persona.“Un frasco de perfume puede parecer bonito o feo; pero lo que realmente vale es la esencia que contiene dentro”  Siria Grandet

Una Historia de amor

John Blanchard se levantó de la banca, alisó su uniforme de marino y estudió a la muchedumbre que hormigueaba en la Grand Central Station. Buscaba a la chica cuyo corazón conocía, pero cuya cara ni había visto jamás, la chica con una rosa en su solapa.
Su interés en ella había empezado trece meses antes en una biblioteca de Florida. Al tomar un libro de un estante, se sintió intrigado, no por las palabras del libro, sino por las notas escritas a lápiz en el margen. La suave letra reflejaba un alma pensativa y una mente lucida.
En la primera página del libro, descubrió el nombre de la antigua propietaria del libro Miss Hollis Maynell. Invirtiendo tiempo y esfuerzo, consiguió su dirección.

Ella vivía en la ciudad de Nueva York. Le escribió una carta presentándose e invitándola a cartearse. Al día siguiente, sin embargo, fue embarcado a ultramar para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y el mes que siguieron, ambos llegaron a conocerse a través de su correspondencia. Cada carta era una semilla que caía en un corazón fértil; un romance comenzaba a nacer. Blanchard le pidió una fotografía, pero ella se rehusó. Ella pensaba que si él realmente estaba interesado en ella, su apariencia ni debía importar.

Cuando finalmente llegó el día en que él debía regresar de Europa, ambos fijaron su primera cita a las siete de la noche, en la Grand Central Station de Nueva York. Ella escribió: "Me reconocerás por la rosa roja que llevaré puesta en la solapa." Así que a las siete en punto, él estaba en la estación, buscando a la chica cuyo corazón amaba, pero cuya cara desconocía. Dejaré que Mr.Blanchard relate lo que sucedió después:

"Una joven venía hacia mí, y su figura era larga y delgada. Su cabello rubio caía hacia atrás en rizos sobre sus delicadas orejas; sus ojos eran tan azules como flores. Sus labios y barbilla tenían una firmeza amable y enfundada en su traje verde claro era como la primavera encarnada. Comencé a caminar hacia ella olvidando por completo que debía buscar una rosa roja en su solapa. Al acercarme una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios. ¿'Vas en esa dirección, marinero'? –Murmuró-  Casi incontrolablemente, di un paso para seguirla y en ese momento vi a Hollis Maynell. Estaba parada casi detrás de la chica. Era una mujer de más de cuarenta años. Con cabello entrecano que asomaba bajo un sombrero gastado. Era bastante llenita y sus pies, anchos como sus tobillos, lucían unos zapatos de tacón bajo."

"La chica del traje verde se alejaba rápidamente. Me sentí como partido en dos, tan vivo era mi deseo de seguirla y, sin embargo, tan profundo era mi anhelo por conocer a la mujer cuyo espíritu me había acompañado tan sinceramente y que se confundía con el mío. Y ahí estaba ella. Su faz pálida y regordeta era dulce e inteligente, y sus ojos grises tenían un destello cálido y amable. No dudé más. Mis dedos afianzaron la gastada cubierta de piel azul del pequeño volumen que haría que ella me identificara. "Esto no sería amor, pero sería algo precioso, algo quizá aún mejor que el amor: una amistad por la cual yo estaba y debía estar siempre agradecido." Me cuadré, saludé y le extendí el libro a la mujer, a pesar de que sentía que, me ahogaba la amargura de mi desencanto".

-Soy el Teniente John Blanchard, y usted debe ser Miss Maynell. Estoy muy contento de que pudiera usted acudir a nuestra cita. ¿Puedoinvitarla a cenar?
- La cara de la mujer se ensanchó con una sonrisa tolerante. -No sé de qué se trata todo esto, muchacho- respondió - pero la señorita del traje verde que acaba de pasar me suplicó que pusiera ésta rosa en la solapa de mi abrigo. Y me pidió que si usted me invitaba a cenar, por favor le dijera que ella lo estaba esperando en el restaurante que está cruzando la calle. Dijo que era algo así como una prueba!

- No es difícil entender y admirar la sabiduría de Miss Maynell. La verdadera naturaleza del corazón se descubre en su respuesta a lo que no es atractivo.

Autor desconocido

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Siria Grandet -Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (BAZI)

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